Tuesday, February 19, 2013

Chicas como nosotras



















por Liliana Padilla

La Temporada Dos de Girls ya empezó, y ha habido muchísima agitación en torno a ella. Estoy casi segura de que no ha habido un show que haya creado tanta polémica en muchos años.

De cualquier forma, una de las críticas que he estado escuchando mucho (o más bien leyendo mucho) en internet, es que el programa sólo es representativo de una muy pequeña parte de la población mundial. "Me pregunto lo que alguien que no haya vivido en Brooklyn a los 24 le pueda encontrar de interesante", dice Julieanne Smolinski, periodista de The Guardian. Y más tarde agrega: "Sigo pensando que la serie debería llamarse Algunas Chicas, o Éstas Chicas, en particular".

Pero en realidad, la misma crítica podría aplicarse al 99% de los shows que vemos en televisión. Digo, ¿cuál de las series actualmente al aire son representativas de la población mundial en su conjunto? ¿Es eso incluso posible?

Sex and the City era una serie dirigida a una audiencia específica también, mujeres de carrera, solteras, de treinta y tantos años, viviendo en Nueva York. Mad Men es un intento de retratar de manera realista el ambiente del mundo publicitario en las décadas de finales de los cincuenta y sesenta. Mi pregunta es: ¿realmente tenemos que sentir que nuestras vidas están retratadas en una serie, o cualquier obra de ficción, para disfrutarla?

Mi respuesta sería no. Si así fuera, no disfrutaríamos el leer novelas del escritor ruso del siglo diecinueve Dostoievski, aun cuando las vicisitudes de sus personajes tienen poco o nada en común con las que vivimos en nuestras vidas del siglo veintiuno. Una de mis series favoritas de todos los tiempos es Six Feet Under, aun cuando nunca he vivido en Los Ángeles, nunca he sido propietaria de una funeraria familiar, nunca he padecido de una enfermedad cerebral potencialmente mortal, ni he sido gay. Podría haberme sentido identificada con Claire por compartir un rango de edad y un sexo, pero no sería la razón principal por la que disfrutaba ver la serie.

Debo admitir que, contrario a algunas personas, yo sí veo mucho de mi misma en el show, aunque no me identifique con ninguno de los personajes por completo. Una vez escuché una entrevista de un escritor francés (me parece que era Houellebecq, pero no estoy segura) en la que explicaba que, en su opinión, para crear un buen personaje de ficción no bastaba con inspirarte de una sola persona de la vida real, sino que necesitabas juntar las características de al menos 4 ó 5 personas reales para crear un personaje creíble; de lo contrario terminarías creando una caricatura.

Estoy segura de que la Lena Dunham de la vida real es muy diferente de su alter ego Hannah Horvath, pero también de que comparte ciertos rasgos con ella así como, probablemente, con el resto de sus personajes, hombres o mujeres. Una de las escenas más chistosas en la serie es en la que Shoshanna habla acerca de Sex and the City y se describe a sí misma comparándose con las chicas de la serie: "Creo que soy definitivamente una Carrie de corazón, pero a veces... a veces Samantha hace su aparición. Y bueno, pues cuando estoy en la escuela, definitivamente trato de ponerme mi sombrero de Miranda". La comparación es todavía más graciosa cuando tomamos en cuenta que la que habla es una virgen de 22 años cuya mayor inquietud es "ser una de las damas" y encontrar al príncipe azul, lo que la convertiría más en la "Charlotte perfecta".

Creo que una de las principales razones por la que Sex and the City tuvo tanto éxito fue el hecho de que sus personajes fueran tan reconocibles, tan consistentes con el estereotipo que encarnaban. El personaje más irritable era sin duda Carrie, quejándose continuamente de la vida que ella misma eligió, pero incluso ella poseía cierta fragilidad y autenticidad que la hacía de alguna manera adorable, a pesar de sus defectos.

Los personajes en Girls por el contrario, están lejos de ser estereotipos. Incluso cuando son de alguna manera caricaturales, pueden cambiar completamente de un episodio al siguiente, mostrándonos diferentes facetas de su humanidad. No creo que sean siempre agradables, por el contrario, son a menudo despreciables. Pero no creo que fuera la intención de Lena el crear personajes encantadores y adorables. Ya hay suficientes programas de televisión representando ese tipo de jovencitas encantadoras.

Si tuviera que describirme comparándome con las chicas de Girls, creo que tendría que ser la peor combinación posible del narcisismo, la torpeza y la hipocondría de Hannah; la despreocupación y el snobismo de Jessa; la inocencia de Shoshanna y el miedo a la imperfección de Marnie. Y eso, chicas, es difícil de reconocer. Pero, ¿no somos todos acaso un gran y patético chiste de cuando en cuando, cada vez que tenemos la necesidad de hacer cosas que nos hagan sentir vivos; o lo que es peor, hacer cosas que nos hagan creer que estamos viviendo la vida al máximo? 

De verdad que no me molesta en absoluto el título de la serie, Girls. Por qué debería de llamarse Estas Chicas, en particular? No somos todas las chicas, una chica en particular? No hay una chica universal, tanto como no hay un ser humano universal, hombre o mujer. La quintaesencia del ser humano es el vivir existencias únicas y particulares.

Para ser honesta, debo admitir que no sé realmente qué hace una buena serie, o incluso una serie que valga la pena de ver. Si tuviera que decir algo al respecto, creo que buscaría lo mismo que busco en cualquier obra de arte. Creo que debería de ser un retrato honesto y conmovedor de la existencia humana.

Creo que lo que hace de Girls una serie fastidiosa para algunas personas es el hecho de que trata sobre las problemáticas cotidianas de jóvenes mujeres del primer mundo, de clase media y bastante normales, las cuales pueden parecer banales y fútiles para cierto sector de la población, seamos honestos, la mayoría de ellos hombres. Más de medio siglo ha transcurrido desde el último suspiro que diera Virginia, pero la cita de Woolf es tan verdadera como lo era en sus tiempos: "Éste es un libro importante, el crítico asume, porque trata acerca de la guerra. Éste es un libro insignificante porque trata acerca de los sentimientos de una mujer en una sala de estar".

Tan superficiales y patéticos como algunos puedan considerar a los personajes de Girls, creo que la serie logra realizar un retrato auténtico y convincente de la existencia humana.

Y quizás, el hecho de que nos entretengan personajes que parecieran a primera vista muy diferentes de nosotros es porque, como dijo alguna vez Natalia Ginzburg, no existe en realidad una gran diferencia en las vidas humanas después de todo: "Existe una cierta uniformidad monótona en los destinos de los hombres. Nuestras existencias se desarrollan según leyes antiguas e inmutables, según una cadencia propia, uniforme y antigua".

La Hannah de Lena Dunham quizás no sea "la voz de su generación", pero es, sin lugar a dudas, "una voz, de una generación"; y una voz extremadamente lúcida, cínica y fascinante. 


2 comments: