Nahevy: 1er outfit: Camisa, sombrero y lentes, vintage. Botas, Massimo Dutti. Cinturón, Armani.
2do outfit: Parka, Kenneth Cole. T-shirt y pantalones de Zara. Botines de Giuseppe Zanotti Design.
Lili: 1er outfit: T-shirt Jane Birkin, Zara. Jeans, American Apparel. Zapatillas, Massimo Dutti.
2do outfit: T-shirt Jane Birkin, Zara. Falda, Pull&Bear. Chaqueta, Bimba&Lola. Botas, Maison Martin Margiela. Bolso, Tory Burch.
Para esta colaboración con mi queridísima amiga Nahevy Estrada, quise hacer algo inspirado en la década de los sesenta. Nahevy tiene un estilo personal que me encanta. Nos conocemos desde la secundaria, y aunque la vida nos llevó por caminos separados, siempre hemos conservado esa cercanía tan evidente que es la que se guarda con los amigos de verdad. En fin, su universo para mí está irremediablemente ligado a la música, y en especial con la de esta década, que representa a mis ojos una estética muy particular. Siempre he sido fan de los 60s, tanto a nivel cultural como social. Y qué mejor símbolo de la revolución cultural que tuvo lugar en esa época que el movimiento estudiantil del 68. En Francia, Mai 68 marcó un antes y un después en cuanto a la manera en que la sociedad, y el imaginario colectivo, percibía a la juventud. El movimiento estudiantil lucha contra un modelo paternalista de autoridad que ya no tiene legitimidad antes sus ojos: su lema será "La imaginación al poder", y ¿qué puede significar este lema sino la demanda de libertad y de autonomía para construir nuestra propia identidad? Los jóvenes del 68 marcaron un hito en la manera en la que la juventud hacía frente a la modernidad. La subversión, la rebeldía, si bien fueron considerados como algo negativo en su época, eran la única manera de romper con un modelo caduco de gobierno y de sociedad. Romper con lo establecido, a través de la moda, el arte, la literatura y la protesta social. Lamentablemente, muchos de estos jóvenes sufrieron de la represión y la violencia de un gobierno que no estaba preparado para cumplir con sus demandas. En México, en los años 60, y en palabras de Carlos Monsiváis, "todo es gobierno y casi nada es oposición". Hoy, a más de 40 años de la masacre de jóvenes estudiantes a manos de militares, sigue sin esclarecerse lo que realmente sucedió en la plaza de Tlatelolco, la plaza de las Tres Culturas. Sin embargo, la plaza habla por sí sola. Este lugar histórico, marcado por el sincretismo cultural, y símbolo del movimiento estudiantil, sigue poseyendo una energía vibrante y marcada por la historia. En este lugar emblemático decidimos ambientar nuestras fotos, un humilde tributo al espíritu de la juventud que conoce el dolor, pero que no se rinde ante él.
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For this collaboration with my dearest friend, Nahevy Estrada, I wanted to do something inspired in the 60's decade. Nahevy has a personal style which I love. We know each other since junior high, and though life has taken us on separate paths, we've always kept this evident closeness that you keep only with true friends. And so, her universe is, in my opinion, irremediably linked to music, and to 60s music in particular, which represents a very particular aesthetics to me. I've always been a fan of this decade, culturally as much as socially. And what better symbol of the cultural revolution that took place during that period than the 68's student movement? In France, Mai 68 marked a hiatus in the way on which society, and the collective imaginary, perceived youth. The students' movement fights against a paternalist model of authority that has no legitimity to their eyes: their motto will be "Imagination to power", and what could this motto possibly mean if not the demand of freedom and autonomy to build our own identity? The young from 68 marked a hiatus in the way on which youth faced modernity. Subversion, rebellion, even though considered as something negative during that time, were the only tools to break up with an obsolete model for government and society. To break up with what's been pre established, through fashion, art, literature and social protest. Unfortunately, many among these young students suffered repression and violence from the part of a government that wasn't prepared to satisfy their demands. In Mexico, in the 60's, and in the words of Carlos Monsiváis, "everything is government, and almost nothing is opposition". Today, more than 40 years after the massacre of young students in hands of the national army, the mystery has not been solved on what actually happened that day on the Tlatelolco square, the Three Cultures square. Nevertheless, the square speaks for itself. This historical place, marked by cultural syncretism, and a symbol of the students' movement, keeps possessing a vibrant energy and continues to be marked by its history. On this emblematic place is where we chose to set our photos, as a humble tribute to the spirit of the youth, who knows pain, but who doesn't surrender.
Fotografía // Photography: Edgar Paredes
Estilismo // Styling: Liliana P
Lilis fumando!!
ReplyDeletejajaja sí, quería verme "rebelde" jajajaja
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